La carrera tecnológica
Apple ya ha renunciado a fabricar su propio coche eléctrico. Mark Zuckerberg sigue quemando dinero en IA y en el Metaverso. Todo gira en torno a crear la próxima gran plataforma dominante. Si no estás en la carrera, no eres parte de la competición. La carrera ya ha empezado y OpenAI lleva una buena ventaja…
Apple lleva al menos una década intentando fabricar un coche eléctrico capaz de competir con Tesla, pero todavía faltan años para que eso sea una realidad. Tras derrochar decenas de miles de millones en el metaverso, Mark Zuckerberg, consejero delegado de Meta, va a gastarse ahora unos 18.000 millones de dólares en GPU para seguir la fiebre de la IA generativa.
La lección de Microsoft Windows
Este sistema operativo fue posiblemente la primera gran plataforma digital para las masas. Se necesitaron muchos años para desarrollarlo y un enorme gasto inicial. El resultado fue un ecosistema de proveedores de hardware, desarrolladores y usuarios que generó tanta dependencia que Microsoft incluso fue acusada de violar las leyes antimonopolio.
A partir de ese momento, todos los tecnólogos de prestigio querían construir la próxima gran plataforma. Otras que vinieron después incluyen el imperio Chrome/Búsqueda/Web de Google, su sistema operativo móvil Android y el supremo iOS de Apple. Las plataformas de redes sociales de Meta y el negocio en la nube AWS de Amazon probablemente cumplan los requisitos e incluso el negocio de Tesla también se puedea considerar una plataforma.
Miles de millones de personas y empresas dependen de ellas. A medida que se utilizan más, se vuelven más útiles, más valiosas y la dependencia crece. Una vez en funcionamiento, es casi imposible competir con ellas. Y, como demuestra Apple, hay infinitas formas de exprimir más el dinero, aunque los reguladores antimonopolio intenten impedirlo.
La gran apuesta
Por eso las grandes empresas tecnológicas invierten cientos de miles de millones de dólares para encontrar la siguiente gran plataforma. Puede que fracasen y sea un despilfarro de dinero épico como el mundo nunca antes había presenciado. Pero, si tienen éxito, el torrente de beneficios será mucho mayor, y los competidores se inclinarán, como hacen hoy la mayoría de las empresas, ante el todopoderoso iOS. Para hacerse una idea de la magnitud de este fenómeno, he aquí los presupuestos recientes de investigación y desarrollo de algunas de las tecnológicas. Esto solo corresponde a un año:
- Google: 40.000 millones de dólares.
- Meta: 35.000 millones de dólares.
- Apple: 30.000 millones de dólares
- Microsoft: 27.000 millones de dólares
Microsoft también seguirá invirtiendo dinero en sus propias ambiciones relacionadas con plataforma de IA. Y se asegurará de que OpenAI reciba todo el dinero y el apoyo de la nube que necesita para vencer a Google. Zuckerberg también quiere ganar, y está dispuesto a gastar miles de millones en GPU y todo lo que haga falta.
Google seguirá invirtiendo ingentes cantidades de dinero para convertirse en el principal proveedor de IA del mundo occidental. Los modelos básicos son la base de esta plataforma emergente. Hay capas de herramientas y otro software por encima, seguidas de nuevas aplicaciones, como chatbots, copilots y quién sabe qué más. Todos los usuarios y desarrolladores pagarán por acceder a lo que Google espera que sea la mejor plataforma de IA.
El metaverso, por muy desacreditado que haya sido hasta ahora, podría ser otro aspirante a convertirse en una. Los ordenadores solían ser enormes, caros y solo accesibles en una sala cerrada dentro de una gran universidad. Para que funcionaran, había que introducirles unos trozos de papel con agujeritos. Luego llegaron a nuestro escritorio y tecleabas información en ellos. Luego se metieron en nuestro bolsillo e incluso en la muñeca, y ahora incluso hablamos con ellos. ¿Tan difícil es ponérte unas gafas en la cara y ver el mundo a través de ellos?
Por eso, Apple seguirá gastando miles de millones de dólares en las próximas décadas para asegurarse de que su «Vision Pro», y un sinfín de versiones futuras, sean el ecosistema dominante en un futuro de realidad aumentada. Y por eso Zuckerberg seguirá gastando mucho en los dispositivos y la plataforma «Oculus» de Meta. Puede que ambos se equivoquen estrepitosamente. Pero si uno de ellos tiene razón, le esperan riquezas inimaginables.
El coche eléctrico
Esta misma razón será por la que Apple seguirá gastando miles de millones de dólares en el desarrollo de un coche eléctrico, aunque salga 15 o 20 años después de que Tesla haya empezado a vender estos vehículos. Que tu iPhone no se conecte automáticamente cuando entras en un Tesla es el claro ejemplo de la batalla entre tecnológicas.
Cuando miles de millones de personas conducen muchas horas a la semana, Apple quiere poseer el dispositivo con el que interactúan: la interfaz del coche. Las grandes tecnológicas tratan de ganarse nuestra atención y ser el primer «canal» que nos conecta al mundo. Es increíblemente rentable. Dentro de los coches Tesla, es la propia Tesla quien proporciona este canal. No hay forma de que Elon Musk permita que Apple Carplay funcione dentro de sus vehículos. De ninguna manera. Eso es darle un valioso terreno digital a Apple.
Rendirse no es una opción
Esto arroja una luz interesante a lo que Musk ha estado haciendo en Tesla. Ha iniciado una guerra de precios. Eso está reduciendo los beneficios, pero también apoya las ventas en un momento en que la demanda de vehículos eléctricos se tambalea. Mientras tanto, la mayoría de los fabricantes de automóviles de Estados Unidos no pueden mantener el ritmo. Incluso con precios más altos, han perdido dinero fabricando vehículos eléctricos. Ahora están recortando las inversiones en coches eléctricos y reduciendo la producción.
Si los vehículos eléctricos son una de las siguientes grandes plataformas, este enfoque cauteloso solo juega a favor de Musk. Quiere que circulen tantos coches Tesla como sea posible, una base instalada como la que ya ha construido Apple con los móviles. Ahora bien, fabricar coches no es tan rentable como hacer iPhones, Windows o Androids. El software es especialmente rentable. Sin embargo, Tesla ha encontrado la manera de fabricar vehículos eléctricos de forma muy eficiente y casi parece que la competencia Apple, General Motors y Ford han tirado la toalla.
Tesla está valorada en más de 650.000 millones de dólares. Meta vale un billón de dólares. Google y Amazon valen más de un billón de dólares. Microsoft y Apple están en los 3 billones de dólares. Número mareantes cual la potencia de los coches que compiten en la carrera. ¿Quien ganará?, ¿seguro que no habrá ningún «coche» chino en esta carrera?
Fuente: Agujero Negro